EL HAZA BAJA DE LA ALCAZABA

El Haza Baja de la Alcazaba era un espacio fortificado con gruesos lienzos de muro que daban al mar. Se trataba de un refuerzo en la defensa marítima de la fortaleza.

En primer lugar cabe mencionar que sus murallas eran las más robustas de todo el conjunto. Esto se debía sobre todo a su proximidad al Mediterráneo y su vulnerabilidad ante los posibles ataques desde barcos.

Por otra parte, esta zona también era conocida como Arsenal de la Armada o Atarazanal Viejo. Aquí se encontraban las atarazanas propias de la alcazaba. El espacio contaba con unas puertas de acceso al mar. Estas permitían que se utilizase además para la protección de embarcaciones.

En uno de los extremos del Haza Baja partía un muro. Su función era la de proteger la entrada a la alcazaba desde la Coracha Marítima. Esta última era de vital importancia en la formación defensiva. El motivo es que servía de vía de escape para reyes y gobernadores hacia los barcos. Desde ellos, podían iniciar la huida hacia el continente africano en caso de que el enemigo hubiese podido penetrar en la fortaleza.

Al Haza Baja podía accederse a través de una entrada ubicada en el recinto de las Fortificaciones de Ingreso. La puerta aún conserva su ubicación original.

En este lugar quedaron encerrados y custodiados los musulmanes que, tras la conquista, iban a ser vendidos como esclavos. Es por ello que, en época cristiana, este espacio recibió el nombre de Corral de los Cautivos. 

«El Corral de los Cautivos aparece en el escudo que los Reyes Católicos designaron a la ciudad de Málaga.»

Por último, cabe mencionar que del Haza Baja no se conserva ningún resto. Y es que parte de sus muros fueron derribados en el siglo XVIII, para la construcción del Palacio de la Aduana. Tras la toma de terrenos al mar a principios del XX, los escombros de las murallas restantes fueron utilizados para el relleno de esta superficie marítima.

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