LA CONQUISTA DE LOS REYES CATÓLICOS

A partir del año 1482, la reina Isabel I de Castilla y su marido el rey Fernando II de Aragón, emprendieron una serie de campañas militares. Su propósito, poner fin a la presencia musulmana en la Península Ibérica. La conquista de Málaga era uno de sus empeños.

Estos esfuerzos culminaron en el año 1492. En este momento, los reyes cristianos logran arrebatar el poder de la ciudad de Granada al rey Boabdil. Aunque bien es cierto que, habían pactado en numerosas ocasiones para intentar mantener la paz, mediante treguas y tributos que tuvieron lugar por ambas partes, dependiendo del momento.

La expulsión definitiva de los musulmanes de la Península Ibérica dio fin al largo proceso de reconquista. Este se había iniciado en el siglo VIII por los reinos cristianos del norte. Por eso, en el año 1496, el Papa Alejandro VI, concedió a Isabel y Fernando el título de Reyes Católicos, como se les conoció a partir de entonces.

«La musulmana es la civilización que más tiempo ha habitado la ciudad de Málaga. Llegaron a establecerse en ella a lo largo de casi ocho siglos.»

ANTECEDENTES DE LA GUERRA DE GRANADA

Varias son las razones que favorecieron la conquista del Reino Nazarí de Granada. En primer lugar, en el año 1480 tiene lugar el fin de la Guerra Civil de Castilla. Los problemas internos habían acabado, haciendo a los reinos cristianos mucho más fuertes.

Por otra parte, el Reino Nazarí se encontraba sumido en el caos político. El territorio quedaba gobernado por distintos soberanos con sus propios partidarios y detractores. El Zagal, su hermano Muley Hacen y su hijo Boabdil peleaban por el poder, imposibilitando el control del estado. Esta situación propició que, Isabel y Fernando aprovecharan la coyuntura para llevar a cabo una serie de asedios.

Además, los Reyes Católicos utilizaron en su guerra contra los nazaríes una novedosa artillería. Lo que llevó a la caída de los territorios granadinos uno tras otro.

Pero también se utilizaron estrategias y tácticas para debilitar el enemigo. Un ejemplo de ello eran las talas que empobrecían la economía, o los bloqueos marítimos que incomunicaban a los nazaríes con el norte de África, evitando así la entrada de suministros o cualquier tipo de ayuda. Asimismo, se trató desde un primer momento de aislar a las poblaciones mayores. Esto se consiguió conquistando las localidades circundantes de menor tamaño, con idea de ir desabasteciéndolas de cuanto fuera posible: comida, armas…

«Las acciones que llevaron a cabo los Reyes Católicos en el proceso de La Reconquista fueron clave en la toma de territorios.»

Aunque es cierto que, desde 1482 hasta 1485 los intentos de conquista habían sido en vano. Pero, a partir de este año, tras la intensidad y continuidad de las tropas cristianas, comienzan a caer las primeras ciudades. Así, toman sucesivamente Ronda, Marbella, Loja y gran parte de la Vega de Granada.

LA PLANIFICACIÓN DE LA CONQUISTA DE MÁLAGA

Llegado el año 1487, tras haber ido conquistando estas poblaciones, los Reyes Católicos llevan a cabo la estrategia definitiva que acabaría con el dominio de los nazaríes en una de las capitales más importantes, Malaqa.

A sabiendas de la excelente defensa que presentaba la ciudad de Málaga, los Reyes Católicos tuvieron que planear una estrategia que les permitiera tomar la ciudad de forma eficaz. Y es que Málaga se encontraba naturalmente defendida por los cuatro costados. Los Montes al norte, el Mediterráneo al sur, el Monte de Gibralfaro al este, y el río Guadalmedina al oeste.

Además, los musulmanes ya se habían encargado de levantar siglos antes una muralla que cercaba la medina en su totalidad. A su vez, estos muros quedaban rodeados por un gran foso que dificultaba aún más su acceso. En el interior de la medina, se erigió todo un laberinto de calles con un trazado más que irregular. Lo que complicaba el avance de cualquier enemigo que se atreviera a adentrarse en las mismas.

Como colofón, la ciudad disponía de dos fortalezas conectadas entre sí, ubicadas en el Monte de Gibralfaro. Estas tenían la función de abrigar toda la urbe. Las fortificaciones contaban al mismo tiempo con numerosos elementos de protección que hacían casi imposible su sometimiento.

«La ciudad de Málaqa era conocida en época musulmana como la medina más inexpugnable de la Península Ibérica.»

Por eso, los Reyes Católicos tuvieron que idear una manera de poder dominar la ciudad sin causar muchas bajas en su intento.

En primer lugar, se encargaron de conquistar pequeñas poblaciones que bordeaban la capital malagueña. Así los musulmanes que huían de la invasión se dirigían a Málaga. Allí trataban de refugiarse tras la protección que le ofrecían sus muros.

De esta forma, en abril de 1487, las tropas del rey Fernando, compuestas por jinetes, peones, infantes, soldados y apoyo y artillería, llegan a la localidad de Vélez-Málaga. Finalmente, acaban, tomándola después de que las tropas cristianas atacaran de noche, pillando desprevenido al ejército musulmán.

LA CONQUISTA DE MÁLAGA POR LOS REYES CATÓLICOS

Tras esta conquista, las tropas cristianas trasladan su campamento al actual municipio del Rincón de la Victoria. El municipio se encontraba a apenas a unos kilómetros de la capital. 

Desde allí, envían a un emisario para pactar la rendición. Los habitantes de Malaqa, envalentonados por la defensa que le ofrecían sus muros, se negaron a pactar. Ante esta decisión, Fernando se acerca a la capital dispuesto a atacar. Es entonces cuando termina desplazando su cuartel a extramuros de la ciudad.

«Ante la negativa de la población de una posible rendición ante los Reyes Católicos, y tras la conquista de la ciudad, la mayoría de sus habitantes fueron ejecutados o vendidos como esclavos como castigo.»

Desde este nuevo punto, planean arremeter en primer lugar contra el Castillo de Gibralfaro. Esto era de vital importancia, pues desde la cima del monte que lleva su nombre, controla toda la ciudad, incluida la Alcazaba. Y es que en esta última fortaleza era donde habitaban los gobernadores. 

Tras abrir una pequeña brecha en uno de sus muros, y pensar todos que la toma de la ciudad era inminente, los granadinos deciden contraatacar en una incursión nocturna. El ataque causó numerosas e importantes bajas entre los cristianos.

Después del ataque, las tropas del rey Fernando quedaron desalentadas, siendo necesaria la presencia de la reina Isabel para animarlas. En su visita al campamento, la reina por poco pierde la vida.  La razón, un intento de atentado que se había orquestado a intramuros, pero que terminó fracasando.

Varios fueron los golpes de moral que sufrieron los musulmanes a partir de entonces. Estos ya empezaban a notar el cansancio y el calor agotador del verano malagueño. El asedio al que se vieron sometidos, provocó el desabastecimiento de armas. Pero, sobre todo, de alimentos, pues las reservas estaban pensadas para sustentar a la población que habitaba Málaga normalmente, y no para el crecimiento que sufrió la misma tras auxiliar a los habitantes de las localidades ya conquistadas.

«La toma de Málaga se tornó bastante complicada, pese a los primeros esfuerzos de las tropas cristianas de acabar con la conquista atacando el Castillo de Gibralfaro.»

Tras un último intento desesperado de las tropas granadinas de enviar una ofensiva contra el campamento del ejército cristiano, los musulmanes se dan cuenta de la superioridad del enemigo.

Finalmente, después de que tuviese lugar uno de los asedios más duros y largos de toda la reconquista, casi cinco meses, el 13 de agosto de 1487, un grupo de comerciantes de la ciudad, encabezados por el rico Ali Dordux, pacta la rendición con los Reyes Católicos. La rendición se pactó a espaldas del arráez Hamad al Tagrí, conocido como el Zegrí, que era en aquel entonces el jefe de la ciudad.

LA ENTRADA DE LOS REYES CATÓLICOS A LA CIUDAD DE MÁLAGA

A la entrada de los Reyes Católicos a la medina el 19 de agosto, se aplicó un castigo excepcional a los supervivientes. La mayor parte de estos fueron convertidos en esclavos, y otra gran mayoría asesinados.

A excepción del pequeño grupo que junto con Ali Dordux había pactado la rendición. Un total de veinticinco familias se quedaron tras la conquista bajo tres condiciones. La primera de ellas, convertirse al cristianismo. En segundo lugar, deberían pagar unos elevados impuestos. Por último, vivirían en un barrio aislados de los demás cristianos, en un recinto conocido como morería.

En cuanto al Zegrí, después de haberse resistido a entregar la ciudad escondiéndose tras los muros del Castillo de Gibralfaro, este termina entregándose unos días más tarde.

Las tropas cristianas fueron recompensadas con los repartimientos. En este documento se especificaban los terrenos que obtenían cada uno de ellos.

En los años siguientes a la conquista de Málaga, la provincia fue repoblándose de cristianos. Extremeños, levantinos, castellanos, leoneses y gallegos. Mil de ellos decidieron asentarse en la capital.

«La conquista de Málaga supuso un duro golpe para el Reino Nazarí, que había perdido su puerto de entrada principal.»

LA CONQUISTA DE ALMERÍA Y GRANADA POR LOS REYES CATÓLICOS

Así, en el año 1489, las tropas del rey Fernando se dispusieron a tomar Almería y el resto del territorio. Pero a excepción de la capital del reino. Después de conseguirlo, Granada se vio totalmente aislada, rodeada por los cristianos por todos sus lados.

Esta situación provocó que, a finales del año 1491, se llevara a cabo el asedio definitivo de los nazaríes en Granada. Tras algunos meses de negociaciones, fueron firmadas las capitulaciones de Granada. Estos documentos, aseguraban una serie de derechos a la población musulmana, a cambio de la rendición. 

Finalmente, el 2 de enero de 1492, el rey Boabdil entrega la ciudad de Granada a los Reyes Católicos, poniendo fin al conflicto que los había enfrentado. Tan solo 5 años después de la conquista de Málaga.

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