EL COMERCIO EN LA MEDINA

El comercio en la medina de Malaqa era uno de los motores de la economía. El Puerto de la ciudad se constituía como uno de los puntos clave para el desarrollo del mismo. 

Desde él, se exportaban a todo el mundo los preciados productos de la tierra. Higos, pasas, almendras o cerámica, especialmente la loza dorada. Algunos de estos contaban con reconocimiento mundial.

EL CASTILLO DE LOS GENOVESES

Pero especial mención merece el tratado comercial firmado en época nazarí con la República de Génova. La nación italiana se veía con la necesidad de abrir nuevos mercados. Por eso, se plantearon abarcar el norte de Europa. Pero para ello, necesitaban de un lugar cercano y seguro donde poder establecerse. 

Así, este tratado permitía a los genoveses un lugar desde el cual poder llevar a cabo sus propósitos de expansión comercial. Además, se veían provistos de alojamiento y todas las comodidades que requiriesen. A cambio, los nazaríes podrían recibir otros beneficios.

El Castillo de los Genoveses, así fue como se conoció al lugar donde se asentaron. Este se encontraba fuera de la medina, adherido a la muralla que la rodeaba.

«El Castillo de los Genoveses ocupaba un espacio triangular junto al mar, donde hoy queda ubicada la Plaza de la Marina.»

Desde aquí, los genoveses exportaban infinidad de productos. Contaban además con seis almacenes dedicados a guardar la mercancía.

Este enclave se configuraba pues como un punto de vital interés en cuanto al comercio y a la economía de la ciudad se refiere.

LAS TIENDAS, EL ZOCO Y LA ALCAICERÍA

De igual transcendencia eran las más de quinientas tiendas que quedaban repartidas por las calles principales de la medina. Pero probablemente, el lugar donde más tiendas se concentraban era en el zoco y la alcaicería.

El zoco era una especie de mercado artesano-comercial. Se configuraba como uno de los espacios más transcurridos de la urbe. El zoco quedaba gestionado por el estado.

La alcaicería por su parte, era el sitio donde se comercializaba al por mayor con objetos de lujo y de gran valor. Era aquí donde más tiendas había. La alcaicería contaba con la presencia de un ‘Sahib al Suuq’. Este era una especie de guardián o responsable del mercado. También velaba por el buen funcionamiento de las transacciones.

LAS ALHÓNDIGAS Y LOS MESONES

Las alhóndigas también formaban parte de la vida comercial de la medina. Conocidas como Funduq, las alhóndigas eran locales donde se guardaban las mercancías para su posterior distribución en los zocos. Es decir, funcionaban como almacenes y hospedaje para los comerciantes extranjeros. En la medina de Málaga existían alrededor de 5 alhóndigas.

Los mesones eran abundantes, tanto dentro como fuera de los muros de la ciudad. Estos servían como hoteles para los foráneos.

LOS HORNOS DE PAN

Por otra parte, la existencia de numerosos hornos de pan muestra la importancia de estos en la vida de los habitantes. Algunos eran tiendas que vendían el pan que en ellos se cocía, Otros eran hornos de alquiler, donde los ciudadanos iban a cocer el pan que habían amasado en sus casas, dando una remuneración al dueño del horno.

«Actualmente se conserva en el centro de Málaga una calle de nombre Horno, debido a la existencia de uno de estos comercios en dicha vía en época musulmana.»

LAS MANCEBÍAS

Por supuesto, la prostitución no estaba ausente en la ciudad. En las mancebías se ejercía la prostitución de forma totalmente controlada. Sin embargo, el amancebamiento se venía llevando a cabo de forma ilegal en otros lugares. Por ejemplo en los cementerios o las casas de los comerciantes de esclavas.

Como hemos podido comprobar, el comercio era de vital importancia no solo para la vida de los habitantes, sino también para la economía de la urbe.

Descubre más.

Pulsa en las fotografías para volver a páginas anteriores.