LA DEFENSA DE LA MEDINA

Para su protección ante posibles ataques, la ciudad de Málaga quedaba rodeada de una muralla. En su interior se desarrollaba la vida de sus habitantes. Esta formaba parte de la defensa de la medina.

LA MURALLA DE LA MEDINA

Aunque el estudio de esta se presenta bastante complejo, debido sobre todo a las variaciones que ha sufrido a lo largo de la historia. También a la destrucción de gran parte de la misma. Pero existen datos suficientes que nos aportan una idea aproximada de cómo pudo haber sido.

«A día de hoy aún se conservan restos de la muralla original, como el trazo de muro situado en Calle Carretería»

En primer lugar, el trazado de la muralla partía desde la parte noreste de la Alcazaba. Lo hacía cerca del túnel que desemboca hoy en la Plaza de la Merced. Discurría después por las actuales calles Álamos y Carretería.

A continuación, desembocaba en el río Guadalmedina, y siguiendo su curso, proseguía por el Pasillo de Santa Isabel.

A la altura del Puente de la Esperanza, lugar aproximado donde llegaba el mar, la muralla giraba hacia la Calle Atarazanas. Seguía su trazado atravesando la Plaza de la Marina hasta el Palacio de la Aduana.

Allí, bordeaba la orilla del Monte de Gibralfaro, para acabar uniéndose de nuevo a los muros de la parte sureste de la fortaleza.

«La muralla en alguno de sus tramos era almenada, lo que facilitaba el refugio de los soldados que la defendían.»

Esta se encontraba además jalonada por torres con forma cuadrada y semicircular. Ello facilitaba su vigilancia y protección.

Por la parte alta del muro transcurría un pasillo llamado adarve, a través del cual las tropas podían desplazarse.

EL FOSO DE LA MURALLA
Otro de los elementos de defensa de la muralla era el foso. El foso consistía en una trinchera excavada en la parte exterior de esta. Y dificultaba tanto su destrucción, como su acceso.

«El foso se sigue utilizando en la actualidad para el paso de tuberías y del alcantarillado de la ciudad, y se encuentra bajo las calles Carretería y Álamos.»

PUERTAS, POSTIGOS Y TORRES

Para comunicar la medina con el exterior, la muralla contaba con varias puertas principales. También otras secundarias de menor tamaño llamadas postigos.

Las puertas eran uno de los elementos más vulnerables del muro. Por eso, solían quedar flanqueadas de torres con vigilancia constante.

BARBACANAS, PUENTES Y RONDA

A la entrada de muchas de estas puertas, era frecuente encontrar barbacanas, consistentes en una especie de antemuros, situados próximos a la muralla, que cumplían la función de proteger aún más los accesos. En cada una de estas entradas, había puentes que permitían cruzar el foso sin dificultad.

Ya en el interior de la muralla, existían unos pasillos, llamados ronda, para que los soldados pudiesen trasladarse de un punto a otro de la ciudad sin perder de vista sus muros.

«La defensa era una de las partes más importantes de la ciudad.»

De esta forma, la población y la medina quedaba protegida, pudiendo residir y desarrollar sus actividades diarias de un modo seguro, ante las posibles ofensivas enemigas.

LAS TORRES ATALAYA

Otro de los elementos de gran importancia para la medina eran las torres atalaya. Aunque se encontraban fuera del núcleo de población, servían de gran ayuda para la protección de sus habitantes.

También eran conocidas como ‘maharis’. Su función era la de torres de observación y defensa. Se usaban por tanto para custodiar y servir como avanzadilla.

En ellas se vigilaba en todo momento y se avisaba de los movimientos del ejército enemigo a otras torres atalayas o a la propia ciudad,. Esto lo conseguían mediante el envío de señales visuales o acústicas.

«Con estas torres, la ciudad podía prepararse para una embestida incluso días antes de que esta tuviese lugar.»

Estas quedaban repartidas por una extensa superficie, y normalmente se situaban en un lugar desde donde poder dominar todo el territorio, para así apreciar cualquier avance de tropas enemigas.

Estaban además conectadas visualmente entre sí, para poderse comunicar unas con otras en caso necesario.

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