LAS FORTALEZAS DE LA MEDINA

Las funciones militares y defensivas de la medina recaían en tres recintos conectados entre sí. A modo de fortalezas impenetrables, estas vigilaban todo el territorio.

La Alcazaba fue construida en diferentes fases. Además, se asentó sobre la parte más baja del Monte de Gibralfaro, para aprovechar su situación estratégica. A sus pies, toda la costa y la ciudad quedaban bajo su dominio.

«La Alcazaba es uno de los monumentos defensivos mejor conservados de la península.»

Fue utilizada también como residencia de los reyes de taifas y posteriores gobernadores. Su zona más elevada, quedaba coronada por un palacio ricamente decorado y de muy difícil acceso.

Desde la cumbre del monte, en un nivel superior a la alcazaba, se levantaba el Castillo de Gibralfaro. Este fue construido siglos más tarde.

Su función iba más allá de la defensa de la ciudad, ya que pretendía también proteger la vulnerabilidad que sufría la alcazaba por este flanco, que de caso contrario podía ser atacada desde lo alto.

Ambas fortificaciones quedaban unidas por una tercera edificación, un pasillo amurallado que permitía el paso de un recinto a otro de soldados y armamento de manera segura. Era la conocida como Coracha.

«Este conjunto defensivo se imponía como uno de los más complejos de la época.»

Este conjunto de construcciones militares completaban la configuración de la medina, que se encontraba en condiciones de aguantar las embestidas de todo aquel que quisiese tomarla a la fuerza.

Descubre más.

Pulsa en las fotografías para volver a páginas anteriores.